Nunca seré como mi madre...
- Klaux Reyes

- 2 dic
- 2 Min. de lectura
"Nunca seré como mi madre"
Decreto que te lleva exactamente
a tener que repetir la historia.
El cerebro tiene neuronas espejo
que almacenan sentimientos de familiares. Nuestra depresión puede
no ser nuestra,
sino la de nuestra madre.
El inconsciente nos lleva
a repetir patrones,
justamente para que podamos
ser conscientes de ellos y
poder cambiar para que no se siga transmitiendo la información.
A modo de ejemplo:
criticamos si nuestra madre era criticona, juzgamos si era soberbia y tendía a hacer juicios, somos tacaños si ella lo era, gritamos o reaccionamos ante los demás del mismo modo en que observamos que lo hacían nuestros padres... PERO,
cuando aprendes a observar
con compasión a tus padres porque comprendes que también cargan con información de sus padres...
logras sanarte y sanar a tus descendientes, porque entiendes que detrás
de la historia que te cuenta
tu mente (ego) hay otras historias que desconoces.
Y más allá de aferrarte a tus juicios
que solo te enferman,
tu Ser interior sabe que
no hay culpables...
ya que fue lo único que aprendieron.
De aquí la importancia
y el impacto de la familia
a lo largo de nuestra vida
y en todas sus facetas,
pues con ella hemos
compartido lazos emocionales
desde el vientre, es el traspaso
de información y
es nuestro mayor referente
Red (Tomado del muro de
Carl Gustav Jung)
Complemento:
Estás condenado a repetir la historia en la medida en que no despiertes tu consciencia. Una vez lo hagas, tendrás en tus manos el timón de tu destino. No estás destinado, estás programado. Reprogramar tu mente es el mejor acto de amor que puedes hacer por ti y por tu descendencia.






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